3 de mayo de 2010 (Nueva York) -- La prehipertensión y la prediabetes, sobre todo cuando ocurren simultáneamente son señales de alerta preliminares de enfermedad cardiaca en adultos aparentemente sanos, según una investigación reciente presentada en la 25 reunión anual de la American Society of Hypertension en Nueva York.
"Este es un peligro claro, inminente y prevenible", señala durante una conferencia de prensa Alok K. Gupta, MD, investigador del estudio y profesor asistente del Centro de Investigación Biomédica Pennington de la Universidad Estatal de Luisiana en Baton Rouge.
Dos de cada tres muertes repentinas tienen lugar entre aquellos a quienes no se ha diagnosticado enfermedad cardiaca. El nuevo estudio podría dar pistas importantes sobre cómo identificar a estos individuos antes de que sea demasiado tarde.
Prehipertensión y prediabetes
La prehipertensión se define como una lectura de presión arterial sistólica de entre 120 y 139 y una diastólica de entre 80 y 89. La presión arterial sistólica es el número superior en una lectura de presión arterial y representa la presión cuando el corazón late al bombear sangre. La presión diastólica, el número inferior, es la presión cuando el corazón reposa entre latidos. Se considera que una lectura inferior a 120/80 es ideal.
La prediabetes se refiere a niveles de glucosa (azúcar en la sangre) de entre 100 y 125 miligramos por decilitro de sangre (mg/dl). Lo óptimo es que los niveles en la sangre en ayunas sean menores de 100 mg/dl.
Según Gupta, una de cada tres personas aparentemente saludables tiene prehipertensión y una de cada cuatro tiene prediabetes. Uno de cada diez tiene ambas afecciones.
Los individuos que tienen tanto prehipertensión como prediabetes también tienen más probabilidades de ser obesos, tener niveles superiores de marcados de inflamación sistémica y niveles elevados de insulina, frente a sus contrapartes que no tienen estas afecciones "preliminares". El estudio mostró que estos individuos también tienen niveles elevados de colesterol total, niveles elevados de lipoproteína de baja densidad (LDL) o colesterol "malo" , niveles elevados de grasas sanguíneas peligrosas llamadas triglicéridos, y bajos niveles de lipoproteína de alta densidad (HDL) o colesterol "bueno" cuando se compararon con sus contrapartes que no tenían prediabetes o prehipertensión.
Según Gupta, la buena noticia es que estas afecciones se identifican fácilmente. La prueba para prediabetes se realiza con una punción en la punta de un dedo para medir los niveles de glucemia. La medición de la presión arterial en reposo puede identificar a los individuos que tienen prehipertensión, explica.
"Si tiene ambos, debe iniciar cambios en su estilo de vida", señala a WebMD. "Se sabe que perder cerca de 7 por ciento de su peso corporal ayuda, así como incorporar 150 minutos de ejercicio a la semana", dice. "Si se implementa y se sigue, esto revertirá el peligro sutil que existe".
Cambios en el estilo de vida
George Bakris, MD, profesor de medicina y director del Centro de Hipertensión de la Universidad de Chicago, lo pone en los siguientes términos: "Si tiene prediabetes, es como el fuego, y la prehipertensión es la gasolina que alimenta el fuego".
Lamentablemente, "los médicos no informan a los pacientes que tienen prediabetes. Les dicen que están en riesgo de diabetes, por lo que hay que preguntar cuál es el nivel de azúcar en ayunas", recomienda Bakris, presidente electo de la American Society of Hypertension.
"Si es un número de tres dígitos, hay problemas. Es mejor perder peso, hacer ejercicio y reducir su ingesta de carbohidratos o adquirirá diabetes", asegura Bakris.
Los genes tienen que ver con el riesgo de diabetes, pero cambiar su estilo de vida puede protegerlo significativamente contra lo inevitable dice.
"Si ambos de sus padres tienen diabetes, usted está en riesgo elevado, pero si hace lo que tiene que hacer con su estilo de vida, se va a ganar por lo menos una década, y eso cuenta", señala a WebMD.