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El manejo del dolor: una descripción general del tratamiento

Medically Reviewed by Poonam Sachdev on April 21, 2022
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Los tratamientos para el dolor crónico son tan diversos como las causas. Existen muchos enfoques: desde los medicamentos recetados y de venta libre hasta las terapias de mente y cuerpo y la acupuntura. Pero cuando se habla de tratar el dolor crónico, no existe ninguna técnica que garantice que se produzca un alivio completo del dolor. Se podría encontrar alivio utilizando una combinación de opciones de tratamiento.

Las formas más leves de dolor pueden aliviarse con medicamentos de venta libre (sin receta) como el Tylenol (acetaminofén o paracetamol) o los medicamentos antiinflamatorios no esteroide (NSAIDs, por sus siglas en inglés) tales como la aspirina, el ibuprofeno y el naproxeno. Tanto el paracetamol como los NSAIDs alivian el dolor causado por la rigidez y el dolor muscular, pero los NSAIDs también reducen la inflamación (hinchazón e irritación). Los analgésicos tópicos también están disponibles. Estos incluyen cremas, lociones o aerosoles que se aplican sobre la piel para aliviar el dolor y la inflamación causados por los músculos adoloridos y la artritis. 

Si los medicamentos de venta libre no brindan alivio, tu médico puede recetarte medicamentos más fuertes, como relajantes musculares, medicamentos para la ansiedad (como diazepam [Valium]), antidepresivos (como duloxetine [Cymbalta] para el dolor musculoesquelético), NSAIDs (en inglés) recetados como celecoxib (Celebrex), o un ciclo corto de analgésicos más fuertes (como codeína, [Duragesic, Actiq], oxicodona y acetaminofén (Percocet, Roxicet, Tylox) o hidrocodona y acetaminofén (Lorcet, Lortab, and Vicodin). Una cantidad limitada de inyecciones de esteroides que se coloquen directamente en el punto de un problema articular puede reducir la hinchazón y la inflamación. Se podría administrar una epidural para la estenosis espinal o el dolor lumbar (de espalda baja).

En julio de 2015, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) pidió que tanto los NSAIDs recetados como los de venta libre reforzaran sus etiquetas de advertencia para indicar el riesgo potencial de ataques cardiacos (en inglés) y derrames cerebrales (accidentes cerebrovasculares). El riesgo aumenta con las dosis más altas de los medicamentos. Además, también existe la posibilidad de desarrollar úlceras estomacales que sangran.

A veces, un grupo de nervios que causa dolor en un órgano o una región específicos del cuerpo se puede bloquear con medicamentos que se administran en el lugar el problema. La inyección de esta sustancia que adormece los nervios se llama un bloqueo de las raíces nerviosas (bloqueo de nervios). Aunque existen muchos tipos de bloqueos de nervios, este tratamiento no siempre se puede utilizar. A menudo los bloqueos no son posibles, son demasiado peligrosos o no son el mejor tratamiento para el problema. Tu médico podrá aconsejarte si este tratamiento es apropiado para ti.

La analgesia controlada por el paciente (PCA, por sus siglas en inglés) es otro método de control del dolor. Al presionar un botón en una bomba computadorizada, el paciente puede administrarse una dosis previamente medida de una infusión de analgésico y opioides. La bomba está conectada a un pequeño tubo que permite inyectar medicamento por vía intravenosa (en una vena), subcutánea (justo debajo de la piel) o en el área de la columna vertebral. Esto se utiliza a menudo en el hospital para tratar el dolor postraumático o posquirúrgico, así como el dolor del cáncer terminal.

Las inyecciones en los puntos neurálgicos, también conocidas como inyecciones de puntos gatillo, se utilizan para tratar áreas dolorosas de los músculos que contienen puntos gatillo o nudos musculares que se forman cuando los músculos no se relajan. Durante este procedimiento, un profesional de la salud utiliza una pequeña aguja para inyectar un anestésico local  (en inglés), que a veces incluye un esteroide, en un punto gatillo (en ocasiones se inyecta agua salada esterilizada). Con la inyección, el punto gatillo se desactiva y el dolor se alivia. Por lo general, un tratamiento breve tendrá como resultado un alivio sostenido. 

La inyección en el punto gatillo se usa para tratar el dolor muscular en los brazos, las piernas, la espalda baja y el cuello. Además, este enfoque se ha utilizado para tratar la fibromialgia, las cefaleas tensionales (dolores de cabezas causados por tensión) y el síndrome de dolor miofascial (dolor crónico que afecta al tejido que rodea el musculo) que no responde a otros tratamientos. 

La OnabotulinumtoxinA (Botox) es una toxina que bloquea las señales que envían los nervios a los músculos. También se puede inyectar para aliviar las migrañas crónicas (en inglés). El procedimiento implica aplicar múltiples inyecciones alrededor de la cabeza y el cuello cada 12 semanas y puede aliviar el dolor hasta por tres meses.

Cuando los medicamentos estándar y la fisioterapia (en inglés) no logran ofrecer un alivio adecuado, podrías ser candidato para un implante quirúrgico que te ayude a controlar el dolor. Cuando se utilizan, lo cual no es muy común, existen dos tipos principales de implantes para controlar el dolor:

Administración de medicamentos por vía intratecal. También llamadas bombas de infusión para el dolor o sistemas de administración de medicamentos espinales. El cirujano abre un espacio (bolsillo) debajo de la piel que es lo suficientemente grande como para contener una bomba que administra medicamentos. La bomba suele medir aproximadamente una pulgada de espesor y tres pulgadas de ancho. El cirujano también inserta un catéter que transporta analgésicos desde la bomba hasta el espacio intratecal (espacio lleno de líquido entre las capas de tejidos alrededor de la medula espinal). Los implantes administran medicamentos, como morfina o un relajante muscular, directamente a la médula espinal (en inglés), por donde pasan las señales de dolor. Por esta razón, la administración intratecal de la medicina puede proporcionar un control significativo del dolor con una fracción de la dosis que se requeriría con las píldoras. Además, este sistema puede causar menos efectos secundarios que los medicamentos orales porque se requiere menos medicamento para controlar el dolor. 

Implantes para la estimulación de la médula espinal. Con la estimulación de la médula espinal (en inglés), se transmiten señales eléctricas de bajo nivel a la medula espinal o a nervios específicos para impedir que las señales de dolor lleguen al cerebro. Este método se utiliza especialmente para dolores de espalda y extremidades. En este procedimiento, se implanta quirúrgicamente en el cuerpo un dispositivo que envía señales eléctricas. El paciente utiliza un control remoto para apagar y encender la corriente o para ajustar la intensidad de las señales. Algunos dispositivos provocan lo que algunas personas describen como una sensación de hormigueo agradables, mientras que otras personas no la describen de esa forma.

Existen dos tipos de sistemas de estimulación de la medula espinal. Las unidades implantadas parcial o totalmente. La unidad que se utiliza más comúnmente es la que se implanta en su totalidad. La antena y el transmisor de este último se llevan fuera del cuerpo, mientras que el receptor se implanta dentro del cuerpo.

La estimulación eléctrica nerviosa transcutánea, también conocida como TENS en inglés, utiliza estimulación eléctrica para disminuir el dolor. Durante el procedimiento, se administra corriente eléctrica de bajo voltaje a través de electrodos que se colocan en la piel cerca de la fuente del dolor. La electricidad de los electrodos estimula los nervios del área afectada y envía señales al cerebro que “codifica” las señales normales de dolor. La TENS no es dolorosa y puede ser una terapia eficaz para enmascarar dolores como la neuropatía diabética. Sin embargo, la TENS no es eficaz, ni debe recomendarse, para el dolor lumbar (de espalda baja) crónico, según indica la American Academy of Neurology (Academia Estadounidense de Neurología).

La terapia bioeléctrica alivia el dolor al bloquear los mensajes de dolor que llegan al cerebro. La terapia bioeléctrica también hace que el cuerpo produzca sustancias químicas llamadas endorfinas (las endorfinas también se liberan con el ejercicio) que disminuyen o eliminan las sensaciones de dolor al interrumpir el mensaje de dolor antes que llegue al cerebro.

La terapia bioeléctrica se puede utilizar para tratar muchas afecciones crónicas y agudas que causan dolor, como el dolor de espalda, el dolor muscular, los dolores de cabeza y migrañas, la artritis, el trastorno temporomandibular (conocido como TMJ disorder en inglés), la neuropatía diabética y la esclerodermia.

La terapia bioeléctrica es eficaz para proporcionar un control temporal del dolor, pero debe usarse como parte de un programa total de manejo del dolor. Cuando se utiliza junto con analgésicos convencionales, el tratamiento bioeléctrico puede permitir a quienes padecen dolor reducir la dosis de algunos analgésicos hasta en un 50%.

La terapia física (fisioterapia) ayuda a aliviar el dolor mediante el uso de técnicas especiales que mejoran el movimiento y la función que ha sido afectada por una lesión o discapacidad. Además de utilizar técnicas de estiramiento, fortalecimiento y alivio del dolor, un fisioterapeuta (en inglés) puede utilizar TENS, entre otras cosas, para complementar el tratamiento. 

Aunque descansar por periodos cortos puede aliviar el dolor, demasiado descanso podría, en realidad, empeorar el dolor y aumentar tu riesgo de sufrir lesiones cuando intentes moverte nuevamente. Las investigaciones han demostrado que el ejercicio regular puede disminuir el dolor a largo plazo al mejorar el tono, la fuerza y la flexibilidad de los músculos. El ejercicio también puede provocar la liberación de endorfinas, los analgésicos naturales del cuerpo. Algunos ejercicios son más fáciles de realizar para ciertas personas que padecen dolor crónico que otros. Intenta nadar, andar en bicicleta, caminar, remar o hacer yoga (en inglés).

Cuando sientes dolor, podrías tener sentimientos de ira, tristeza, desesperanza o desesperación. El dolor puede alterar tu personalidad, alterar tu sueño e interferir con tu trabajo y tus relaciones. Además, la depresión (en inglés) y la ansiedad, la falta de sueño y la sensación de estrés pueden emporar el dolor. El tratamiento psicológico ofrece métodos seguros y sin medicación que pueden tratar el dolor directamente al reducir los altos niveles de estrés fisiológico (del cuerpo, no la mente) que a menudo agravan el dolor. El tratamiento psicológico también ayuda a mejorar las consecuencias indirectas del dolor al ayudarte a aprender a afrontar los problemas asociados al dolor. 

Gran parte del tratamiento psicológico del dolor se basa en la educación que ayuda a los pacientes a adquirir habilidades para gestionar un problema muy difícil.

En la última década, muchas personas han encontrado alivio para su dolor en las terapias de mente y cuerpo, la acupuntura y algunos suplementos nutricionales. Otros utilizan los masajes (en inglés), las terapias de manipulación quiroprácticas y osteopáticas (de los huesos), el toque terapéutico, ciertas terapias a base de hieras y los enfoques dietéticos para aliviar el dolor. Sin embargo, hay poca o ninguna evidencia científica que demuestre la eficacia de estas terapias para aliviar el dolor.

Las terapias de mente y cuerpo (terapias mente-cuerpo) son tratamientos que tienen como objetivo ayudar a la capacidad de la mente para afectar las funciones y los síntomas del cuerpo. Las terapias mente-cuerpo utilizan varios enfoques que incluyen técnicas de relajación, meditación, visualización (también llamada imágenes guiadas), biorretroalimentación e hipnosis. Las técnicas de relajación pueden ayudar a aliviar las molestias relacionadas con dolor crónico (en inglés).

La visualización puede ser otra técnica valiosa para controlar el dolor. Prueba el siguiente ejercicio: cierra los ojos e intenta evocar una imagen visual del dolor, dándole forma, color, tamaño y movimiento. Ahora intenta alterar lentamente esa imagen, reemplazándola con una imagen más armoniosa, agradable y más pequeña.

Otro enfoque es llevar un diario de tus episodios de dolor y los factores que causan el dolor y los factores correctivos que los rodean. Revisa tu diario con regularidad para explorar vías de posible cambio. Esfuérzate por ver el dolor como parte de la vida, no como algo que abarca toda la vida.

La biorretroalimentación por electromiografía (EMG, por sus siglas en inglés) puede alertarte sobre las formas en que la tensión muscular contribuye a tu dolor y puede ayudarte a aprender a controlarlo. La hipnoterapia y la autohipnosis pueden ayudarte a bloquear o transformar el dolor mediante técnicas de reenfoque. Una estrategia de autohipnosis, conocida como guante de anestesia, consiste en ponerte en trance, colocar una mano sobre el área dolorosa, imaginar que la mano está relajada, pesada y entumecida, e imaginar que estas sensaciones reemplazan a otras sensaciones dolorosas en la parte afectada.

Se ha demostrado que las técnicas de relajación (en inglés) como la meditación o el yoga reducen el dolor relacionado con el estrés cuando se practican con regularidad. Los estiramientos suaves del yoga son particularmente buenos para fortalecer los músculos sin ejercer tensión adicional sobre el cuerpo.

Se cree que la acupuntura disminuye el dolor al aumentar la liberación de sustancias químicas que bloquean el dolor, llamadas endorfinas. Muchos puntos de acupuntura están cerca de nervios. Cuando se estimulan, estos nervios provocan un dolor sordo o una sensación de plenitud en el músculo. El músculo estimulado envía un mensaje al sistema nervioso central (el cerebro y la médula espinal), provocando la liberación de endorfinas que bloquean el mensaje de dolor para que no llegue al cerebro.

La acupuntura puede ser útil como tratamiento complementario para muchas afecciones relacionadas con el dolor, que incluyen: los dolores de cabeza, los dolores de espalda baja (lumbalgia), los dolores menstruales, el síndrome del túnel carpiano, el codo de tenista, la fibromialgia (en inglés), la osteoartritis (especialmente de la rodilla), y el dolor miofascial. La acupuntura también puede ser una alternativa aceptable o puede incluirse como parte de un programa integral de manejo del dolor.

El tratamiento quiropráctico es el tratamiento no quirúrgico más común para el dolor de espalda. En algunos ensayos se observaron mejoras en las personas que recibieron manipulaciones quiroprácticas. Sin embargo, la eficacia del tratamiento para tratar el dolor crónico de espalda y cuello no está respaldada por evidencia convincente de una mayoría de los ensayos clínicos. Actualmente se están realizando más estudios para evaluar la eficacia de la atención quiropráctica para el tratamiento del dolor.

Los médicos osteópatas, aquellos que usan "D.O." después de sus nombres, también están capacitados en técnicas de manipulación ósea, similares a las de los quiroprácticos (en inglés).

El masaje es cada vez más utilizado por personas que sufren dolor, principalmente para tratar problemas crónicos de espalda y cuello. El masaje puede reducir el estrés y aliviar la tensión al mejorar el flujo sanguíneo. Este tratamiento también puede reducir la presencia de sustancias que pueden generar el dolor o mantenerlo activo. Los datos disponibles sugieren que la terapia de masajes, al igual que las manipulaciones quiroprácticas, es muy prometedora para controlar el dolor de espalda (en inglés). Pero no es posible llegar a conclusiones definitivas sobre la eficacia del masaje para tratar el dolor debido a las deficiencias de los estudios disponibles.

Se cree que el toque terapéutico y la curación reiki ayudan a activar los procesos de autocuración de un individuo y, por lo tanto, reducen el dolor. Aunque estas técnicas "basadas en energía" no requieren contacto físico real, sí implican una estrecha proximidad física entre el profesional y el paciente.

En años recientes, se realizaron revisiones para evaluar estudios que habían sido publicados sobre la eficacia de estas técnicas curativas para aliviar el dolor y la ansiedad (en inglés) y mejorar la salud. Aunque algunos estudios demostraron que estas técnicas son beneficiosas y no tienen efectos secundarios adversos significativos, las limitaciones de algunos de estos estudios dificultan llegar a conclusiones definitivas. Se necesitan más estudios antes de poder recomendar estos enfoques para el tratamiento del dolor.

Los suplementos nutricionales, como los aceites de pescado y la S-adenosilmetionina (conocida como SAMe en inglés), también mostraron algunas pruebas de beneficios, aunque se necesita más investigación.

Ha sido difícil llegar a conclusiones sobre la eficacia de las hierbas, aunque hay algunas, como la corteza de sauce blanco (white willow bark), la garra de diablo (devil’s claw), la uña de gato (cat’s claw), el jengibre (en inglés), y la cúrcuma, que tienen alguna evidencia que respalda su uso. Si decides utilizar preparaciones a base de hierbas para controlar mejor tu dolor, infórmale a tu médico ya que algunas hierbas pueden interactuar con los medicamentos que estás recibiendo para el dolor u otras afecciones y pueden afectar negativamente tu salud.

Algunas personas creen que cambiar la ingesta de grasas en la dieta o consumir alimentos vegetales que contengan agentes antiinflamatorios puede ayudar a aliviar el dolor al limitar la inflamación. Se encontró que una dieta vegetariana principalmente cruda fue útil para algunas personas con fibromialgia, pero este estudio no conto con una metodología sólida. 

Un estudio de mujeres con síntomas premenstruales sugirió que una dieta vegetariana baja en grasas se asociaba con una disminución de la intensidad y duración del dolor. Se ha demostrado que la pérdida de peso lograda mediante una combinación de cambios en la dieta y una mayor actividad física es útil para las personas que padecen osteoartritis (en inglés).

Aun así, se necesita más investigación para determinar la eficacia de las modificaciones dietéticas como tratamiento del dolor.

Las terapias alternativas no siempre son benignas. Como se mencionó, algunas terapias a base de hierbas pueden interactuar con otros medicamentos que estés tomando. Siempre habla con tu médico antes de probar un enfoque alternativo y asegúrate de informarles a todos tus médicos sobre qué tratamientos alternativos  (en inglés) estás usando.

Muchas personas que sufren de dolor crónico pueden lograr cierto control sobre él probando los tratamientos anteriores por su cuenta. Pero algunos, no importa qué enfoque de tratamiento prueben, todavía sufren un dolor debilitante. Para ellos, las clínicas para el manejo del dolor (centros de atención especial dedicados exclusivamente a tratar el dolor intratable) pueden ser la respuesta. Algunas clínicas para el manejo del dolor están asociadas con hospitales y otras son privadas. En ambos casos, normalmente se ofrecen tratamientos tanto ambulatorios como los que requieren que la persona se hospede.

Las clínicas del dolor generalmente emplean un enfoque multidisciplinario, que involucra a médicos, psicólogos (en inglés), y fisioterapeutas. El paciente también debe asumir un papel activo en su propio tratamiento. En muchos casos, el objetivo no es sólo aliviar el dolor, sino también enseñar al paciente que padece dolor crónico a cómo afrontar el dolor y cómo funcionar a pesar de él.

Varios estudios han demostrado una reducción del dolor de hasta un 50% en pacientes con dolor crónico después de visitar una clínica para el manejo del dolor y la mayoría de las personas aprenden a sobrellevar mejor la situación y pueden reanudar sus actividades normales.