Mitos y hechos sobre la culebrilla

Revisado Por Dra. Brunilda Nazario, MD en marzo 27 del 2024
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Cuando tienes varicela, el virus que la causó se te queda en el cuerpo, incluso después de que te mejores. Más adelante, ese virus puede causar otra infección llamada culebrilla o herpes zóster, que se caracteriza por una erupción dolorosa con ampollas.

Cuando se trata de culebrilla, allgo que definitivamente lo empeora es toda la información incorrecta al respecto. Dejemos las cosas claras.

 Solo las personas mayores la contraen: Si bien la infección es más común en personas mayores de 50 años, cualquiera que haya tenido varicela puede contraerla, incluso los niños. Las personas más jóvenes tienen mayor probabilidad de tenerla si su sistema inmunitario está débil debido a ciertos medicamentos o enfermedades como el cáncer o el VIH.

 La culebrilla es poco común: Aproximadamente un tercio de todos los estadounidenses la contraerán por lo menos una vez en su vida. Eso es 1 millón por año. La mitad de las personas de 85 años o más tuvieron culebrilla en algún momento.

 No es contagioso: Las ampollas abiertas del sarpullido no pueden transmitir el herpes zóster, pero pueden transmitir el virus de la varicela a alguien que nunca lo haya tenido. Y eso puede provocar un brote posterior de culebrilla.

 Te afecta de la misma manera que la varicela: Los causa el mismo virus, pero el herpes zóster y la varicela no son la misma enfermedad. La varicela provoca cientos de ampollas que pican y se curan en 5 a 7 días, generalmente en niños (aunque los adultos también pueden contraerla). La erupción puede cubrir todo el cuerpo. Una erupción por culebrilla puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero generalmente es una franja de ampollas que envuelve el torso. Puede durar alrededor de un mes.

 Solo dura unos pocos días: Casi 40% de las personas que contraen culebrilla sienten un dolor punzante y ardor meses o años después de que desaparece la erupción. Se llama neuralgia posherpética. Tu médico puede ayudarte a controlarla con medicamentos y otros tratamientos.

 No es posible tratar la culebrilla: Si tomas un medicamento antiviral (aciclovir, famciclovir, valaciclovir) en los primeros 3 días después de que aparece la erupción, eso puede aliviar el dolor y ayudar a curarte en menos tiempo. Cuanto antes empieces, mejor funcionará. Los analgésicos recetados y de venta libre, los corticosteroides y los tratamientos de bloqueo nervioso también pueden ayudar.

 Solo te puede dar una vez: No sucede con frecuencia, pero es posible que te dé más de una vez. Los nuevos ataques suelen aparecer en una parte diferente del cuerpo. Vacunarte contra la culebrilla podría reducir tus posibilidades de tener una segunda infección, incluso si te vacunas después de haber tenido culebrilla.

 La erupción es el mayor problema: Además del dolor causado por la neuralgia posherpética, la piel puede infectarse y es posible que tengas cicatrices, dolor de cabeza, fiebre, dolor de estómago o debilidad muscular. Habla con tu médico tan pronto como notes síntomas para que puedas recibir tratamiento.

Una vacuna puede ayudar a prevenirla: No garantiza que no contraerás culebrilla, pero una vacuna puede reducir tus posibilidades en más de 90%. Y si padeces la afección, es posible que no te afecte tanto. El Centro de Control y Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention o CDC) recomienda que los adultos sanos y mayores de 50, así como los mayores de 19 años con el sistema inmunitario débil, reciban dos dosis de la vacuna Shingrix. Las inyecciones se ponen con un intervalo de 2 a 6 meses. Las excepciones son si actualmente tienes culebrilla, estás embarazada o tienes inmunidad comprobada con una prueba. Es probable que hayas estado expuesto a la varicela incluso si no te salieron ampollas, por lo que debes vacunarte incluso si no recuerdas haber estado enfermo.

 El estrés puede ser un factor desencadenante: El estrés puede debilitar el sistema inmunitario y aumentar la probabilidad de sufrir un brote. O simplemente puede agotarte hasta que te resfríes o que alguna otra enfermedad que lo desencadene. Y una vez que tienes culebrilla, el estrés puede empeorar el dolor.

 Puede causar pérdida de la visión: Si el herpes zóster hincha, enrojece o causa dolor en el ojo o el párpado (a veces llamado herpes zóster ocular), puede ser grave. Busca ayuda médica lo antes posible porque podría provocar glaucoma, cicatrices o incluso ceguera. Las ampollas en la punta de la nariz pueden ser un idicio inicial.

 La erupción puede infectarse: Si el dolor y el enrojecimiento de las ampollas no mejoran (o empeoran) en un par de semanas, es posible que tengas una infección bacteriana en la piel. Consulta con tu médico de inmediato. La infección puede hacer que sanes más lentamente y dejar cicatrices en la piel.

 La culebrilla puede dañar el cerebro: No sucede con frecuencia, pero el herpes zóster alrededor de los ojos, las orejas, la frente o la nariz a veces puede provocar inflamación del cerebro, paralizar parte de la cara o afectar la audición y el equilibrio. En casos poco comunes, una infección en estas partes del cuerpo puede provocar un derrame cerebral o meningitis (cuando los tejidos alrededor del cerebro y la médula espinal se infectan e inflaman).